EL RÍO MÁGICO
En España hay muchos ríos. Los ríos normalmente nacen en las montañas, gracias al agua de la nieve y la lluvia, y luego van lentamente bajando hacia el mar. Gracias a los ríos, España es un país muy rico, con una excelente producción agrícola y ganadera.
Hay ríos grandes y largos, que recorren cientos de kilómetros a través de ciudades y regiones diferentes recibiendo agua de sus muchos afluentes (otros ríos menores que le dan su agua). Hay cinco grandes ríos en España: el Ebro, el Tajo, el Duero, el Guadalquivir y el Guadiana. Pero también hay muchísimos ríos pequeños y cortos que reciben el agua de las montañas cercanas al mar.
El único de los cinco grandes ríos que desemboca (termina) en el Mar Mediterráneo es el río Ebro, que es el más caudaloso (que tiene más agua) de todos. Nace en el Norte y pasa por la región de Navarra, la ciudad de Zaragoza -en la región de Aragón- y la región de Cataluña. Pero no es el río más largo.
El río Tajo pasa por la ciudad de Toledo y es el más largo de la Península Ibérica (Portugal y España forman la Península Ibérica. Si miras el mapa de Europa, ¡la Península Ibérica es la cara de una chica!) y atraviesa su centro de este a oeste. Desemboca en Lisboa, la hermosa capital de Portugal.
El Duero recorre la vieja región de Castilla, en el norte, y también desemboca en Portugal, en la ciudad de Oporto.
En el sur del país, en la región de Andalucía, está el río Guadalquivir, que pasa por Sevilla y es el único río navegable (en donde pueden ir barcos).
Y finalmente está el río Guadiana. El Guadiana nace en La Mancha, la tierra de Don Quijote, después pasa por Mérida -en la región de Extremadura- y desemboca al sur en la frontera entre España y Portugal. Los romanos llamaron al río “Flumen Anas”, o “río de los patos”, porque hay muchos patos en sus orillas. Luego los árabes cambiaron la palabra latina flumen por wadi y por eso le llamamos hoy Guadiana. No es el río más largo, ni el más caudaloso ni es navegable. Pero es un río mágico. Los romanos creían que nacía en un lago, pero un día el lago se secó y… ¡el río seguía existiendo! Hoy nadie sabe exactamente de dónde viene su agua. El Guadiana es un río que está un poco loco y le gusta jugar al escondite (hide-and-seek): ¡desaparece en un sitio y luego reaparece por otro!
El rio Guadian y montes de Toledo
Nadie lo comprende, excepto los patos. Solo los patos saben dónde nace el Guadiana y también saben por qué, a veces, se esconde debajo de la tierra. Don Quijote también lo sabía.